sábado, 15 de febrero de 2014

Justin y “A” (parte 2).

 

 Haz caso sólo a las personas que te quieren; las cosas que te digan los demás, no valen la pena.



***(al día siguiente...)

Justin estaba en el instituto con Agustín. Él en seguida se quejó de que los padres de Justin todavía no supieran nada sobre su sexualidad; porque él mismo había sido el que lo obligara a decírselo a los suyos. Justin vio a una profesora a la que tenía que preguntarle algo sobre las clases y se acercó a ella mientras Agustín lo esperaba apoyado en la pared al lado del radiador. Era muy común encontrárselo en cualquier pared apoyado con un pie sobre ella.
Cuando terminó de hablar con la profesora, ésta se fue y Jus se giró para volver con su novio. Le encantaba esta palabra. “Su novio” y que pudiera nombrar a Agus así sin estar mintiendo. Alguien lo detuvo cogiéndolo por el brazo.
-Oye, tú.
-¿Sí? -preguntó Justin volviéndose. Era Marcos; pero tampoco le preocupó. Aún así, la presencia del chico le traía a la mente muchos amargos recuerdos- Eres Marcos, ¿verdad? ¿Qué quieres?
-¿Eres tú la razón por la que mi Agustín me ha dejado? Sí ¿verdad? Te he visto mucho más cerca de él que de costumbre.
Justin se quedó de piedra. Varios cotillas los habían escuchado. Alguien tiró de su brazo apartándolo de Marcos antes de que el chico lo notara. Era Agustín, que no había visto con buenos ojos que se acercara a él. El muchacho se interpuso entre los dos.
-Oye, Marcos, te dije que no quería volver a verte. -le dijo brusco.
-Pues no te acerques tú a mí.
-No te acerques tú a mis amigos.
-Vaya, no sabían que fuesen de tu propiedad...
-Déjanos. -respondió él secamente.
Marcos no se atrevía a enfrentarse a él. De hecho, las pocas veces que se había atrevido a envalentonarse con alguien había sido porque sabía que Agus lo protegería; pero ya no era así, y eso le jodía. Gruñó, se dio la vuelta y se fue.
-¿Estás bien? -le preguntó a Justin en cuando Marcos se hubo ido.
-Claro, ¿por qué no iba a estarlo?
Al poco rato la sirena sonó y Agustín se propuso a acompañarlo hasta su clase. Nada más llegar notaron que la profesora no había llegado; pero sus compañeros ya estaban apelotonados delante de la clase. Justin notó que Peter lo miraba. Era un muchacho que estaba en su clase desde primero de ESO. Venía de otro pueblo en el que no tenían instituto ni bachiller, sólo escuela primaria. Jus no solía hablar con él, Peter era de los más populares de sus cursos; pero tampoco le caía mal. No era del agrado de Agus ni de los del grupo. En ese momento Jus se juntaba con más gente que en la época de la novela y, aunque tampoco era con muchos, no le importaba porque todos sus amigos (menos Agus) estaban en su clase.
-Anda, mirad, -comentó Peter en voz alta- si va a ser que es verdad eso que se dice por ahí... Justin, ¿eres maricón y el nuevo ligue de Agus? Vaya... No lo sabía...
Le corearon unas cuantas risas. Jus sintió como el alma se le caía al suelo. “Maricón” ¿habría palabra más detestable cuando se usaba como un insulto?
-¿Eres gilipollas? -se interpuso Agustín apretando con fuerza su puño.
-Oye, tú, ¿de qué vas?
-¿Que de qué voy? -se enfadó él aún más.
Agus se lanzó sobre Peter, que intentó sujetarle los puños. Eliot corrió hacia ellos en un rápido movimiento e intentó interponerse entre los dos. Al principio sólo consiguió llevarse más golpes de los que evitaba; pero después otros chicos se pusieron a ayudarle y los separaron. Sujetaron a cada chico entre varios. Peter tenía un pequeño hilo de sangre debajo de la nariz y los pelos hechos un revoltijo, Agus un arañazo en la mejilla y la ropa revuelta.
Agustín se deshació de los muchachos que lo apresaban y se fue con paso brusco antes de que llegara la profesora. Justin observó cómo se recolocaba la ropa al tiempo que se apresuraba por no llegar tarde a clase. Peter sacó un pañuelo de su bolsillo, se limpió la nariz e intentó frenar la pequeña hemorragia, lo cuál consiguió justo antes de que escucharan a la profesora acercarse. Tiró el papel a la basura. La profesora se fijó en él mientras abría el cerrojo de la puerta.
-Vaya, Peter, ¿nuevo look?
-Sí, vaya. Look de no dar tiempo a peinarse por culpa del despertador. -mintió él.
La profesora sonrió y entró a la clase seguida de sus alumnos. Justin se sentó en su pupitre, al lado de Ainoa. Ya entonces, Peter se sentaba separado del resto de la clase para que no hablara ni distrajera a los demás, como medida drástica de los profesores. Estaba bastante cerca de ellos. Justin lo miró, dolido. Él le devolvió la mirada y Jus paró de observarle.
-Ey, tranquilo... -le susurró Ainoa pasándole la mano por detrás de la espalda- No pasa nada ¿eh? No hagas caso a ese menudo gilipollas. -Justin bajó la mirada. La chica echó un vistazo para asegurarse de que la profesora no les miraba y le dio un beso en la mejilla- Te prometo que todo saldrá bien.
Peter lo había visto. Cuán equivocado había estado al parecer... Aunque, la verdad, era que desde el principio había pensado que estaba diciendo una mentira gigantesca: sólo lo había dicho por meterse con él (cosa que le venía muy bien para su popularidad); pero no pensaba en absoluto que aquello fuera cierto. Oh, sí, Justin fingía muy bien. Tanto que, dos cursos después, Peter seguía creyendo que era heterosexual. El muchacho recapacitó sobre la reacción de Agus. Peter pensó que le había dolido más por él mismo que por el propio Justin.

El grupo se dirigió hacia el patio junto al resto de su clase para dar gimnasia.
-¡Ey, mira! -comentó un chico que estaba haciendo pellas con sus colegas- ¡Si es el cuarto marica que se lía con el Agus!
-Yo no soy marica -negó él con firmeza- Y Agus es mi amigo.
-Además, ni siquiera sabes contar, imbécil. -le picó Ainoa- ¿Cuarto? Agus sólo ha salido con Antonio y Marcos, idiota.
-Y con Justin.
-Aunque fuera así, siguen siendo sólo tres. En serio, ¿cómo te dejaron salir de primaria?
-Con lo creído que es Agus seguro que se ha liado hasta consigo mismo.
-Chst. -lo calló él mismo, que se había detenido cerca para escucharles sin que lo vieran- Chitón. A callar si no quieres meterte en líos tú también. Largo.
El muchacho miró a sus amigos asustado y se fueron de allí. Agus miró a Justin, sentía angustia porque sabía que si se metían con él en realidad era por su culpa (y por la de Marcos). Si no, ¿quién iba a percatarse de la diferencia de Justin si ni él mismo lo había notado hasta que no se lo dijo? Le daba miedo que por culpa de esos niñatos Justin se quedara con el sufrimiento de ser diferente, que no consiguiera asumirlo, que no fuera capaz de decirlo. Justin le devolvió la mirada, intentando no mostrar ningún sentimiento, intentando aguantarse las ganas de llorar.
-¿Qué haces aquí? -le preguntó.
-Voy al laboratorio. -le dijo señalando el pasillo que hacía esquina a su derecha. Miró a lo demás- Hasta luego, chicos.
Agustín se fue, la mayoría de los de su clase iban ya por delante de él. Uno de sus amigos se acercó a él y le pasó un brazo por encima de los hombros. A Justin le recorrió una sensación extraña. ¿Tenía celos de ese chico? No creía, y si era así era totalmente irracional. Al fin y al cabo, sabía que Agus y él no podían tener nada: el muchacho salía en esos momentos con la hermana de Estrella.
-Justin... ¿vamos? -llamó su atención Ainoa.
Él asintió y los siguió. Estrella se acercó a él, le pasó un brazo por la cintura y apoyó su cabeza en él después de que Justin posara su brazo detrás de su espalda. Intentaba reconfortar a su amigo.

***

Se encontró con Agus una tarde-noche en un rincón apartado, para que nadie los viera, varios días después. No habían podido verse apenas, y se habían seguido metiendo con él, haciendo que Eliot y Dani perdieran la paciencia y estuvieran a punto de meterse en problemas si no fuera porque las chicas y Justin los sujetaban.
Agus lo miró, su mirada era lastimera. La de Justin en cambio intentaba mostrarse fuerte, sin sentimientos.
-Ey, Justin. -dijo él a modo de saludo. Él levantó hacia él la mirada por toda respuesta- ¿Qué tal, cómo estás?
-Bien.
-¿Estás seguro? Sabes que puedes contarme cualquier cosa... ¿Qué te pasa?
-Nada.
Agustín se acercó a él en un paso y lo abrazó antes de que el chico tuviera tiempo a reaccionar.
-Sabes que sé perfectamente que algo te pasa... Siempre noto cuando estás mal.
Lo abrazó con fuerza. Justin pasó los brazos por detrás de su cintura, devolviéndole el abrazo, escondió el rostro en su pecho y comenzó a llorar. Agus, con el corazón en un puño, acarició su espalda y lo besó en la cabeza. Justin lloraba sin descanso.
-Ey... ¿Estás mejor? -le preguntó con delicadeza.
-No. Estoy fatal.
-¿Por qué?
-No quería que me vieras llorar...
Agustín dejó escapar una pequeña sonrisa y volvió a acariciarlo con cariño, mientras lo abrazaba con fuerza con su otro brazo.
-Tranquilo, no me gusta verte llorar; pero supongo que te lo debía. Con la cantidad de veces que me has tenido que consolar tú y que verme llorar cuando seguramente deseabas poder echarte a llorar tú también porque te hablaba, muchas veces, de mis novios... Y aún así me consolabas y me apoyabas a seguir adelante... Te aseguro que puedo prometerte que no voy a pensar peor de ti por verte llorar así, Justin. … De hecho, es más bien casi que todo lo contrario: ya empezaba a pensar que no eras persona y que no podías llorar, después de todo lo que has tenido que soportar sin soltar una sola lágrima. -bromeó.
Justin dejó escapar una pequeña media sonrisa. Agus lo abrazó con más fuerza y dejó caer su cabeza junto a la de él, de forma que sus mejillas se rozaron. Volvió la cabeza y lo besó en el carrillo.
-Tranquilo... Todo se pondrá bien, pequeño.
-No, no todo estará bien... Porque si no es una cosa es otra.
-Sí, sí que es verdad que has tenido que pasar por muchas cosas estos últimos meses... Primero descubriste tu homosexualidad, con todos los miedos e inquietudes que eso provoca... y descubriste que me querías... Y luego volví yo... volví yo con un novio nuevo, y te obligué a tener que escucharme con todas mis cosas sobre él. Luego pasaste por lo que, seguramente, para ti sería una cagada mortal en aquel momento. Y ahora esto... todos metiéndose contigo. -“y todo por mi culpa”. Pensó; aunque no lo dijo en voz alta.
-No, no es sólo eso. -sollozó él.
-¿Entonces...? ¿Qué más te ha pasado, cariño?
Justin se estremeció y Agus notó que intentaba mirar a su alrededor por si había alguien sin que él lo notara.
-Tranquilo, no hay nadie. Estamos solos. ¿Qué más te ha pasado?
-Yo.
-¿Tú?
-Yo soy lo que me ha pasado.
Agustín tragó saliva. Cada vez se le hacía más difícil no ponerse a llorar él también.
-¿A qué te refieres, cariño?
-¿Por qué me llamas así?
-Pues porque te quiero.
-No creo que eso dure mucho tiempo...
-¿Qué...? ¿Por qué lo dices, peque?
-¿Es que todavía no te has dado cuenta? No puedes negármelo, Gus...
-No me llames así... -le pidió lastimero. No le gustaba porque Justin sólo le llamaba así cuando se sentía mal, y eso le hacía sesntirse aún peor.
-Perdón, Agus. Digo que no puedes negármelo: en cualquier momento encontrarás a alguien mejor. … yo no soy nada, ¡no soy nadie! Y mucho menos nadie comparado contigo... Dices que soy perfecto, y que me quieres, pero yo no puedo creérmelo y sólo pienso en que me mientes... Tienes que aceptar que hay mucha gente mejor que yo... -sollozó- Y tú te mereces a alguien mejor.
-Pero... Justin, es que yo no quiero a nadie mejor que tú ni a nada. Yo sólo te quiero a ti... -Agustín hizo un esfuerzo sobrehumano para no romperse y llorar, quizás hasta más de lo que lloraba Justin- No tienes ni idea de lo que dices... Me da igual que me pusieran al propio Taylor Lautner delante diciéndome que quiere salir conmigo... Porque yo siempre te elegiría a ti. Lo dejaría todo atrás por ti, Justin.
-Hombre, me estás comparando con un licántropo al que a lo mejor le da un volunto y te atraviesa de parte a parte... -intentó bromear él, intentando parar de llorar.
Agustín dejó escapar una pequeña carcajada, sobretodo para deshacerse un poco de la angustia.
-Bueno, pues a Zayn Malik, tu tocayo Justin Bieber, Adam Lambert, Logan Lerman... A quién tú quieras, me es igual, porque siempre siempre siempre te elegiría a ti, te compares con quién te compares.
-¿Y Melendi?
-Uy, ahí ya me lo pones difícil porque canta muy bien. -bromeó él- Pero sabes que sí. -Jus sonrió. Él se acercó a su oído para susurrarle las palabras más sinceras y más fuertes que había dicho en su vida- Te amo.
Justin sonrió para si. Intentaba con todas sus fuerzas parar de llorar, y casi lo consigue.
-Ey, no, no, no. -le dijo Agus- No pares de llorar, por favor. No te esfuerces. Tienes que soltarlo, soltarlo todo y dejarlo ir. Tienes que desahogarte de una vez por todas, Justin, déjalo ir. Llora todo lo que quieras, tranquilo, yo seguiré aquí para consolarte y apoyarte en todo.
Justin volvió a dejar caer la cabeza en el pecho del chico. La camisa blanca a cuadros de él estaba cada vez más empapada. Agustín sintió un escalofrío. El nudo en su garganta era cada vez más grande. Creía que no aguantaría mucho más tiempo sin ponerse a llorar; pero tenía que soportarlo por Justin. Cogió fuerzas de no sabía donde.
Justin siguió llorando. Los minutos se hacían eternos para Agustín, que deseaba llegar a su casa para encerrarse en su cuarto y poder llorar el también a sus anchas. Era demasiado pesado para él tener que ver a Justin así, escuchar por todo lo que había pasado, saber que él tenía bastante parte de la culpa de que llorara.
-Agus... -lo llamó él entre sollozos- Tengo miedo de volver el lunes al insti...
-¿Por qué? -preguntó él, aunque supiera de sobra la respuesta.
-¿Y si se meten conmigo? ¿Y si me marginan? ¿Y si me ignoran...?
-Tranquilo, te prometo que yo siempre estaré ahí a tu lado para protegerte y ayudarte. Y si no, si alguna vez te falto porque me ponga malo o por lo que sea, tienes ahí a unos amigos asombrosos que te aprecian muchísimo y que nunca te abandonaran. Puede decirse que has tenido suerte de conocerlos.
-De conoceros. -le corrigió él. Agus sonrió.
-Como quieras.
Al rato, Justin terminó de llorar, se separó de él y se secó las lágrimas de los ojos. Agus le secó las lágrimas de las mejillas con cuidado y le recompuso el pelo como pudo. Le mandó una pequeña sonrisa, intentando animarle. Jus se la devolvió.
-Venga, te acompañaré a casa. -le dijo pasándole un brazo por encima del hombro con cariño.
-Eh... Agus, ya se que a ti no te pasa pero... No quiero que nos vean todavía tan juntos. No estoy preparado para eso.
Él le respondió con una sonrisa.
-Tranquilo, lo entiendo. -se quedó un momento pensativo- Y... ¿qué te parece si nos ven juntos pero no saben que eres tú? A mí no me importa que me vean con nadie.
-Hombre, pues vale. Si puedes hacerlo...
Agus sonrió. Cogió su mochila, que había traído porque había ido hasta allí desde el entrenamiento de fútbol (se había cambiado en los vestuarios). Sacó de la mochila una sudadera naranja como la de los skaters, que se había olvidado el día anterior en el patio y le habían guardado. Se la puso a Justin con una sonrisa. Le puso bien calada la capucha y le removió los pelos para que le taparan un poco. Nadie podría reconocerlo si no se acercaban lo suficiente. Justin le sonrió. Agustín metió la cara en la capucha para besarle y luego se acercó a su oído.
-Te amo. -le susurró.
-No tanto como yo a ti. -le respondió él al oído.
-Te aseguro que sí.
-No lo creo. -respondió él con una sonrisa, lo miraba con ternura- Gracias por todo, Agus.
A él pareció hacerle gracia.
-¿Gracias? Gracias a ti por aparecer en mi vida, Justin. Gracias por todo lo que has tenido que soportar por mí y por todo lo que me has ayudado. Podría pasarme la eternidad dándote las gracias y aún no hubiera terminado.
Jus sonrió.
-No lo creo.
-Pues creetelo. -le dio un beso en la frente y se separó de él con una sonrisa- Y ahora vámonos, si aguantas con esa capucha bien puesta nadie se dará cuenta de que eres tú. No hables muy alto no vaya a ser que vayan a reconocerte y, si se acerca alguien a quien conozcamos (que no sean tus amigos, claro), te llamaré Diego. Así ya verás como dentro de nada desapareceran los rumores sobre ti.
-Me parece una buena idea. -sonrió él.
Agustín le pasó el brazo por detrás de la espalda con una sonrisa. Jus apoyó la cabeza sobre su hombro y él dejó caer la suya sobre la de Justin, mientras lo cogía de la mano.

***

Agustín llegó a su casa. Le había dejado la sudadera a Justin y su camisa estaba empapada. Abrió la puerta con las llaves que le habían dejado sus padres. Sentado en las escaleras, que estaban delante de la entrada, estaba Jayuheibo, mirando su móvil. Su padre estaba bastante cerca de la puerta, al parecer había estado hablando con su madre. Según el ruido de platos, su madre debía estar en la cocina.
-Hola, Ags. -le saludó su hermano sin mirarle.
-Hola, Yabo, ¿qué tal el día?
Él se encogió de hombros.
-Bien, ¿y tú?
-Igual.
Su padre lo observaba. Agustín adivinó su siguiente pregunta segundos antes de que la pronunciara.
-¿Qué te ha pasado para tener tan mojada la camisa?
-Mi novio.
Yabo levantó la mirada de su móvil y lo miró a los ojos, intentando saber qué había pasado. Se lo preguntó.
-No se sentía bien y... ha estado llorando. Yo intenté consolarle.
Su madre salió de la cocina para escucharlo mejor y su padre lo observaba con detenimiento.
-Creía que lo habías dejado con Marcos... O sea, según los rumores del instituto...
-Y así es.
-¿Entonces...? ¿Con quién estás saliendo ahora?
-Con alguien. -la mirada de su madre requería una respuesta- Lo siento pero... Es que no puedo decíroslo. Si no os lo diría, de verdad; pero él todavía no quiere que la gente sepa que es homosexual y lo está pasando muy mal...
Su madre asintió y les dijo que en veinte minutos estaría la cena. Agus le pidió a su hermano que subiera a su cuarto para ayudarle con unos deberes que no entendía antes de que se le olvidara. Cuando ya estaban arriba de las escaleras, le cogió de la mano y le dijo que en realidad tenía que contarle algo. Entraron en su cuarto y Agus cerró la puerta.
-¿Qué es eso tan importante para que no puedas decirlo abajo, Agus? ¿Qué te pasa?
Agustín se volvió a él con los ojos rojos, mordiéndose el labio inferior, llorando. Se lanzó a sus brazos. Yabo lo abrazó e intentó consolarle, sin comprender nada.
-Ey... No hace falta que me digas quién es ese nuevo novio si no quieres; pero si quieres... ya sabes que puedes contarme cualquier cosa, Gus, intentaré ayudarte.
Cuando se tranquilizó un poco, Agustín se lo contó todo. A Jayuheibo le sorprendió bastante que fuera Justin, lo conocía desde pequeño. Pero también se alegró mucho y le dijo que esperaba que esta vez durara mucho, porque Justin le caía bien y era un buen chico. Sabía que le ayudaría y apoyaría siempre, confiaba mucho en él. No en vano lo conocía desde que apenas sacaba dos dedos del suelo. Agus y él eran amigos íntimos desde la guardería... quién se imaginaría entonces que iban a terminar saliendo como algo más que amigos tantos años después.

***

El sábado se lo pasaron jugando a video-juegos juntos en su casa, guardando las distancias. Por la tarde salieron con los chicos a jugar al baloncesto, los amigos de Agustín contra los de Justin. Claro que a estos últimos no les pareció justo al principio, porque ellos eran mayores y por tanto tendrían más oportunidades. Pero se les pasó el disgusto en cuando Agustín le pasó dos tiros directamente a Justin “por equivocación”. Cuando sus amigos le acusaron él dijo que había que “equilibrar” el partido, porque tenían razón en cuanto a que ellos lo tenían más complicado. Ya la razón de que ambos pases fueran para Justin se la guardaba para sí.

***

El lunes acabaron Justin, Agus, Peter, Marcos, Eliot y Yabo en el despacho del director. Pero no porque hubieran hecho nada malo; si no porque Agus decidió cortar el problema de raíz yendo con la cantinela al director, a pesar de saber que eso podría dañar su reputación y convertirlo a ojos de todos en un chivato. Justin se sentía muy incómodo y Agus se enfadaba demasiado y le daba igual amenazar aunque estuvieran delante del profesor y una profesora. Al principio sólo estaban Agus y Peter; pero después mandaron llamar a Marcos al enterarse de que el problema había surgido en él y a Justin, ya que el problema era suyo. En un momento, Peter le dijo a Agus que había exagerado, que tampoco había sido para tanto.
-¿Que no? -contestó él- Oh, claro que no es para tanto. ¿Tú has tenido que soportar alguna vez ver llorar desconsolado a tu mejor amigo durante lo que parecen horas por las gilipolleces de un imbécil de mierda? No ¿verdad? Pues entonces no me digas que no es para tanto.
Peter miró a Justin, que bajó la mirada. Él fue a decirle algo; pero Agus lo amenazó diciéndole que no le dirigiera la palabra. Agustín se ganó una regañina del profesor; pero Peter no dijo nada. Más tarde también llamaron a Eliot, ya que había llegado a oídos del director que había estado metido en la pelea originada por todo aquello. Ellos lo defendieron diciendo que sólo había intentado detener la pelea. Peter no dijo nada. Más tarde había llegado Yabo al enterarse de que su hermano estaba en el despacho. Llamó a la puerta y pidió permiso para entrar y enterarse de qué pasaba con su hermano. Por aquél entonces Yabo ya cursaba segundo de bachiller, en ese mismo instituto, al igual que Robin. Mónica, en cambio, estaba en primero. También escucharon una pequeña conversación del director con la madre de Peter, que parecía contrariada de tener nuevas del chico al escuchar que lo llamaban por él, y luego pareció pasar un poco. Pudo haber sido sólo conjeturas de los muchachos (o más bien de Justin y Eliot), no lo sabían.
En cuanto los dejaron salir, Peter y Marcos salieron corriendo. Yabo salió con su hermano y sus amigos y fuera se encontraron a Ainoa, Estrella y Dani, con cara de preocupación. Eliot y Justin les sonrieron para que no se preocuparan.
-A ver si no os metéis en más líos ¿eh? -les dijo Yabo con suavidad- Y vosotros, a ver si me vigiláis un poco al niño, que en una de estas se mete en un lío gordo.
Ellos sonrieron por toda respuesta. Entonces llegó una muchacha que dejaba mostrar un poco más de piel de lo que cabía desear.
-¿Qué ha pasado, cari? -preguntó a Yabo. Era la novia que había tenido antes de Miranda -Te he estado buscando, me dijeron que estabas aquí.
Él se despidió de ellos y se fue con la muchacha. Agus puso cara de asco.
-Agh, que asco me da. Ojalá que corten ya.
-Qué malo... -le acusó Justin.
-No, es simplemente que no me gustaría tenerla como cuñada. Además, utiliza a mi hermano.
-Venga ya.
-¡Que sí! Es verdad... ¿No habéis visto la panzá de detallitos que le da? Es por eso por lo que está con él, seguro...
-A lo mejor lo quiere y está enamorada de verdad, Agus. -le contrarió Estrella.
-Hombre, pues claro. Si cada vez que vas al cine te lo pagan, si vas a un bar o un restaurante te invitan... ¡Hasta yo me enamoro de mi hermano! -intentaron ocultar una risa- ¡Si es que se gasta toda su paga en ella!
-No exageres. -le dijo Dani.
-Que es verdad... Bueno, es igual, dejémoslo. -el chico miró a ambos lados. El pasillo del director era corto y no solía pasar casi nadie. Dio un paso hacia Justin, guardando las manos en los bolsillos- Bueno, y qué ¿qué piensas sobre lo que he hecho hoy por ti?
Justin sabía que él hubiera sido incapaz de hacerlo y, si no fuera por la intervención de Agus, las cosas hubieran seguido así o incluso habrían ido a peor. Además, Agus tendría que haberlas pasado canutas para ir a chivarse al director y era probable que ahora se metieran con él por ello. Pero no le importaba, por Justin.
Jus se acercó más a él para poder susurrar a su oído:
-Pienso que te amo.
Los chicos fingieron que no lo habían escuchado. La sonrisa de Agus pareció ser la más grande y alegre de su vida. En ese momento tocó la sirena. Agustín le cogió la mano y le dio un apretón de manos.
-Tengo que irme a clase, cariño. Nos vemos luego ¿vale?
Él asintió. Mientras volvían a clase, Ainoa chinchó al chico haciendo notar que lo habían oído, y él le comentó que creía que Agus le había dicho más veces en esos días cosas como “cariño” que a sus dos novios juntos en todos los meses que estuvieron saliendo.

***

De vuelta al presente, Violeta pensaba en las mejores palabras para pedirles su ayuda después de haber oído acabar lo que Agus le contó del relato. Al mirar la hora se dio cuenta que no le quedaba demasiado tiempo para estar con ellos. Tragó saliva.
-Oye, Agus... Jus... -cortó la conversación del grupo. Todos la miraron y Agus le dio la palabra con un movimiento de cabeza- Es que... quería pediros un favor...
-¿Qué te pasa, preciosa? -contestó él notando que la chica se encontraba molesta.
Violeta volvió a tragar saliva y se aclaró la garganta.
-Pues verás... Como ya os dije antes, mi mejor amigo, Jorge, es homosexual. En su instituto hay unos idiotas que no paran de meterse con él por eso; y él lo está pasando muy mal. Hace un tiempo que me pidió que si conocía a unos homosexuales que hubieran pasado por esto y que pudieran ayudarle. Ahora mismo a estos chicos los han denunciado por pegarles; pero no se sabe cuándo volverá a pasarle algo así, y me gustaría que lo ayudarais para que estuviera preparado...
Los músculos de la cara de Agustín no podían estar más apretados ni él más tenso, mientras se controlaba para no soltar una burrada y apretaba los puños. Siempre se ponía muy mal cuando pasaba algo así.
-Claro, llevanos con él cuando quieras; lo ayudaremos sin problema.
Justin asintió a lo que decía su novio. Se le notaba claramente muy preocupado por Jorge; aunque ni siquiera lo conociera.
-Sí, por supuesto. No tienes ni que pedirlo.
Violeta no pudo evitar emocionarse.
-Mu... muchas gracias, chicos.

2 comentarios:

  1. Los capítulos de Maria del Mar son siempre los mejores, no hay duda *-*

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